FARINGE AMIGDALITIS-VEGETACIONES - TRATAMIENTO DE LA AMIGDALITIS
A.- MEDIDAS PREVENTIVAS
Existen una serie de medidas que pueden ayudar a reducir los síntomas:
- Guardar reposo, para permitir que el organismo se recupere.
- Consumir gran cantidad de líquidos, sobre todo tibios (no calientes), templados o muy fríos, que pueden aliviar el dolor de garganta.
- Hacer gárgaras con agua tibia y sal, o consumir pastillas de “chupar” que contengan benzocaína o ingredientes similares que ayuden a disminuir el dolor.
- No compartir los utensilios, vasos, cepillos de dientes, etc, con cualquier persona que tenga amigdalitis o dolor de garganta.
- Lavarse las manos y las de su hijo frecuentemente.
- Cubrirse la boca cuando el paciente con amigdalitis tosa o estornude cerca de usted, y enseñe a sus hijos a hacerlo también.
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B.- TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO O CON MEDICAMENTOS
Cuando la causa de la amigdalitis es una bacteria, como el Estreptococcus B hemolítico, la infección se puede curar con tratamiento farmacológico a base de antibióticos, los cuales se pueden administrar mediante una inyección única, o bien por vía oral durante diez días.
Nunca deben suspenderse los Antibióticos aunque ya no exista molestia, pues la infección no se cura si no se completa el tratamiento.
La amigdalitis vírica no se trata con antibióticos, ya que no son efectivos para vencer las infecciones virales, aunque si pueden tratarse con otros medicamentos antivirales.
También se deben prescribir medicamentos analgésicos y antipiréticos, para reducir el dolor y la fiebre asociados a esta patología.
Otros medicamentos muy eficaces son los INMUNOREGULADORES o favorecedores de la inmunidad que mejoran la inmunidad haciendo que los procesos infecciosos dejen de producirse.
C.- TRATAMIENTO QUIRÚRGICO
Recomendamos la intervención quirúrgica denominada Amigdalectomía y/o Adenoidectomía, en estos casos:
- Cuando las amígdalas se infectan crónicamente por virus y/o bacterias a pesar de tratamientos médicos con más de 5 episodios al año.
- Cuando existe un problema de insuficiencia respiratoria nasal y/o de otitis seromucosa crónica u otitis media aguda de repetición que no se resuelve con otros tratamientos.
- Cuando existe ronquido nocturno con apneas de forma persistente.